Ella publicó una hermosa foto en la que pedía a la madre naturaleza que renovara Sus entrañas, que La llenara de energía, que aceptara Su corazón derretido en las raíces. Y él, al leerlo, no pudo evitar torcer el gesto, porque todo aquello que pedía él podía habérselo dado, si Ella hubiera querido. Pero no quiso.
Luego pensó en qué habría pedido él a la madre naturaleza, pero el resultado fue tan sombrío que tuvo que rellenar su copa y cambiar de canción para no volver a sumergirse en la negrura.
Solo había algo en que estaba totalmente de acuerdo con Su publicación: era momento de renacer, era momento de vivir. Aunque le costase tanto trabajo creerlo, él también se lo merecía.