Tifón

Como un tifón. En el momento en que Ella entraba en escena, aunque fuera con la mejor de las intenciones, era como si bajase la presión atmosférica, levantándose vientos huracanados y lluvias torrenciales que arrasaban con los pequeños diques que él construía con tanto esfuerzo. Porque aquella noche, después de dos meses sin casi dar señales de vida, Ella le escribió y él volvió a sucumbir. Y sí, fue capaz de decirle que no dos veces, pero a la tercera cedió. Y aunque logró mantenerse cortésmente distante y despreocupado, Ella le atrapó en una de Sus miradas eternas, y él se volvió a rendir. Pudo recobrar la compostura al momento y seguir interpretando el papel, pero el «daño» ya estaba hecho.

Sin embargo, en aquella ocasión algunos diques habían resistido, señal de que empezaba a encontrar la forma de protegerse. Mas su corazón volvía a ser declarado zona catastrófica, porque cuando Ella entraba en escena todo se venía abajo. Como un tifón.