El decidió no hacer nada especial en Su cumpleaños, y Ella le pagó con la misma moneda en el suyo.
Apenas un año atrás, Ella le había prometido cuarenta y tres besos o tirones de orejas; una órbita solar después, no tenían apenas contacto más allá de lo estrictamente necesario, y el camino entre ellos estaba tan lleno de baches que parecía imposible volver a recorrerlo. Como si hubieran pasado 365 años, en vez de días.