Como tantas veces

Todavía le seguía pasando: a cada paso que daba en sus vacaciones, pensaba en lo maravilloso que sería compartirlo con ella. Pensaba en lo que le gustarían los edificios, la fauna y la flora, los senderos en medio del bosque, los paseos al borde del mar, la niebla cubriendo la cima de las montañas. Y pensaba en el placer de vivirlo con Ella, aunque fuera en silencio y a dos metros de distancia, como tantas veces.

Luego pensaba en que aquello ya nunca iba a volver a ocurrir y, aunque los momentos y lugares continuaban conservando su belleza, la magia se esfumaba en un instante.