Aquel mismo día, justamente tres años atrás, él le contaba cómo se encontraba en el peor momento de su vida, desarmado y derrumbado; Ella le besó inesperadamente, y su corazón volvió a latir.
Ahora, tres años después y en auténtico peor momento de su vida, todavía resonando en su cabeza la conversación del día anterior, él seguía sujetando por todos los medios lágrimas que nadie podía ver, y se preguntaba de dónde cojones iba a sacar las fuerzas para hacer lo que le dijo a Ella que iba a hacer.
De uno de Sus besos ya estaba claro que no.