¿Cómo se arrancaba de las tripas al amor de una vida? ¿Cómo se renunciaba al aire para respirar, cómo se bajaba la cabeza y se miraba a otro lado? ¿Cómo se extirpaban los restos de un corazón y se pretendía seguir viviendo como si nada? Cualquiera le diría que se dejara de melodramas, que millones de personas lo hacían a diario.
El problema es que esos millones de personas nunca la habían visto a Ella.