Hola Encanto.
Aquí estoy de nuevo, usando todas mis fuerzas para no enviarte una canción que me ha salido por casualidad en spotify, de momento creo que lo consigo.
Al recuerdo de hoy creo que puedo ponerle fecha sin equivocarme (no como el de ayer), fue el sábado 9 de junio de 2018, batalla 18.1 del difunto Sio2 Crossfit. Aquel día, en el que no pude participar por lesionarme una semana antes, hice de juez. Y, en contra de mi voluntad, me tocó contaros a Yolanda y a ti en el último wod.
Aquel día te vi sufrir, te vi desfallecer, te vi levantarte de nuevo y te vi luchar hasta el final. Aquel día, más allá de sentimientos e historias, te empecé a idolatrar. Porque tu capacidad de no rendirte, de seguir adelante a cualquier precio, me emocionó tanto que se me saltaron las lágrimas. Era la misma película de siempre, yo viéndote en apuros sin poder hacer nada, tú sacando fuerzas de flaqueza para lograr tu objetivo. Vello erizado al recordarlo.
Todavía no sé cómo me contuve para no besarte, no abrazarte o no sacarte en brazos de allí, jajajaja. Porque aquella lección de vida que me diste en primera persona, añadida al «cóctel ardiente» con tu nombre que tengo dentro, fue ya el no va más. Pero el caso es que cuando me acuerdo de aquel día, cuando veo una foto especial que tengo guardada, suspiro y sonrío y pienso: si es que es Ella…
Ojalá hoy también haya logrado mi objetivo de hacerte sonreír, o de que te evadas con mis pamplinas de cosas más serias por un rato. Yo, al menos, he logrado no enviarte la canción… 😉