Debería haberlo sabido, debería conocerse mejor. Debería haber tenido en cuenta que estaba casi fuera de control, y que en semejantes circunstancias siempre daba demasiados pasos en falso. Debería haber recapitulando todas las veces en que, como buen adicto, el mono le llevaba a cometer estupideces, y se había dejado dominar por la ansiedad y la impaciencia. Debería haber recordado que, a propósito o por pura casualidad, todo el mundo veía sus fotos y sus canciones excepto Ella. Debería haberse cansado de escribir, y más después de la última Tormenta. Debería haber tenido presente que, tras cada paso adelante en su dirección, Ella siempre daba dos hacia atrás.
Debería no haber olvidado que su amor era un caso perdido, que empeñarse en seguir volviendo la cara hacia Ella era como empeñarse en plantar flores en la arena.