Se enteró de rebote de que Ella estaba de viaje de trabajo, y rápidamente pensó en la posibilidad de escribirle, de contarle, de buscar aquella antigua complicidad, de comenzar una de sus sutiles conversaciones que nunca sabían cómo iba a terminar, ahora que ambos tenían tiempo y disponibilidad. Luego pensó en que, si de verdad Ella quisiera alguna de aquellas cosas, él no se habría enterado de su viaje de rebote.
Volvió a guardar el móvil en el bolsillo, había cosas que serían difíciles de cambiar.