Había fantaseado con la idea de que, según fuera pasando el día y bajaran Sus defensas, a medida que se fuera acercando a Su Mundo Oscuro, quizá Ella se acordaría de él y le escribiría, o le mandaría un simple guiño. No fue así, él ya sabía que no iba a ser así.
Así que ya no le quedó más remedio que reconocer que su guerra civil había terminado al fin. La Razón había ganado, la decisión estaba tomada. El Día, el triste Día que tanto le afligía, había llegado.