La echaba de menos. Llevaba apenas una semana sin verla, pero el ajetreo de su propia vida, el poco tiempo para escribir y la falta de inspiración hacían que la sintiera muy lejos. Se había encontrado varias veces con el móvil en la mano para escribirle, pero luego no sabía qué decirle. Vale que Ella tampoco lo ponía fácil, pero él se sentía en la obligación de tratar de ayudarla y tenía la sensación de no estar haciéndolo, de no saber encontrar la manera.
Era difícil intentar dar un diagnóstico sin conocer los síntomas, aún más si permitía que saliera de su interior aquella insensatez de que quizá, solo quizá, él mismo fuera una de las causas de Sus problemas.