Corría

Miraba a la luna llena mientras corría en solitario, y no podía dejar de pensar en Ella, en que aquella noche no corría a su lado, en que no sabía cómo ofrecerle su mano.

Quizá si Ella estuviera allí, corriendo con él y mirando la brillante luna llena, no harían falta ni siquiera palabras: una luz mágica, una mirada a lo profundo de los ojos y una sonrisa sincera bastarían para convencerla de que todo iba a salir bien.