Subió a su coche, pero en lugar de una emisora de noticias como hacía todos los días, abrió su app favorita de música y presionó el botón «Aleatorio». Nunca había escuchado la primera canción que sonó, ni tenía ni idea de quién era la cantante, pero se quedó de piedra:
«Y todo lo que nunca dices es que me amas, así que
Todo lo que nunca sabré es si me quieres
Si solamente pudiera mirar dentro de tu mente
Quizá podría encontrar una señal
De todo lo que quiero oirte diciéndome
A mí…»
Como decían en las películas, «No hay más preguntas, Señoría»