Mientras seguía encajando los bofetones que aquel verano aciago no paraba de lanzarle, se aferraba con fuerza a sus recuerdos. Justo un año antes, Ella le sorprendió con una proposición tan atrevida que él apenas podía creerla: movió cielo y tierra para prepararlo todo, pero Ella no se atrevió al final.
El golpe fue de los que te mandan directo a la lona y acaban con tu carrera, pero abrió una pequeña puerta a todo lo que vino después.