Era en días como aquel, en los que era capaz de cometer los errores más absurdos del mundo y dar pie a situaciones auténticamente surrealistas, cuando se alegraba de que Ella no estuviera a su lado. Menos mal.
Era en días como aquel, en los que era capaz de cometer los errores más absurdos del mundo y dar pie a situaciones auténticamente surrealistas, cuando se alegraba de que Ella no estuviera a su lado. Menos mal.