Superando

Empezaba a pensar que lo estaba superando. Ya era capaz de estar a su lado y respirar al mismo tiempo, incluso de charlar y bromear.

Ya sólo faltaba terminar de reprimir las ganas de gritar a los cuatro vientos que la amaba más que a su propia vida, y no buscar sus ojos.

Nunca más buscar sus ojos.