La velada fue, simplemente maravillosa: se embriagaron de risas, miradas cómplices, cejas enarcadas, leves roces de piel con piel. Para ser perfecta, sólo les faltó un beso.
Siempre les faltaba un beso.
La velada fue, simplemente maravillosa: se embriagaron de risas, miradas cómplices, cejas enarcadas, leves roces de piel con piel. Para ser perfecta, sólo les faltó un beso.
Siempre les faltaba un beso.